domingo, 26 de marzo de 2017

SILENCIO DE RADIO NO ES LO MISMO QUE SILENCIAR A UNA RADIO


solicitada de hoy domingo 26 de marzo DIARIO TIEMPO ARGENTINO
La están dejando morir, hay un
propósito expreso, evidente.
Es el abandono de la radio mediante su vaciamiento y es una realidad que se ha acelerado en los últimos días pero viene desde hace ya mas de un año. 
Si se me permite la comparación, es como ver que a un enfermo que puede ser salvado, al cual se lo deja librado a su suerte que no es otra que morir.
Y es tan obvio que deliberadamente se deja morir un medio de comunicación que ha sido como un oasis de voces claras, de coherencia en planteamientos, de cuestionamientos argumentados desde una posición distinta a la uniformada militancia (negada) del periodismo teñido del amarillo oficialista...
Deliberadamente el Ministerio de Trabajo y el Enacom miran para otro lado, no se dan por aludidos, frente a un conflicto que, para ellos, se resolverá de manera exitosa, si muere un espacio
mueren voces que cuestionan, que denuncian, que reclaman
muere la información
mueren derechos
mueren puestos de trabajo
muere la diversidad
muere la libertad de expresión
Es un abandono planificado. 
Mirando en perspectiva, desde que comenzó la diáspora de voces, nadie hizo nada por detenerla: primero fue el programa Dejámelo Pensar de Sandra Russo que, paradójicamente fue como un aviso de lo que vendría... en este vaciamiento: no dejar que pienses, que pensemos, es central. 
Luego se fue Dolina. Al poco tiempo Gustavo Sylvestre. Valeria Weise y Fernando Bolán. El semanario de Mario Portugal. Gisela Busaniche. Darío Villaruel. Cynthia Ottaviano. David Cufre y Claudio Zlotnik. Iván Schargrodsky. Espero no haber olvidado a ninguno en esta diáspora que nadie detuvo.
Ni venganza, ni mañanas, ni diarios, ni semanarios, ni elementales, ni haberlo sabido, a pesar del secreto de sumario. Es el fin de la metáfora.
A la salida de las voces se le fueron intercalando las luchas de los trabajadores y trabajadoras, con retención de tareas: de diez minutos, de seis horas, de un día entero. Con comunicados de denuncia porque la empresa “Electroingeniería de la familia Ferreyra, con la complicidad del Ministerio de Trabajo que no interviene … creció con el negocio de las represas y redes eléctricas, le roba los aportes previsionales a los trabajadores a quienes se les caen las obras sociales, desde hace meses no cobran sus salarios ni el aguinaldo y seles incumplen sistemáticamente las promesas”.
El enfermo, en agonía. Mientras muchos piden por su curación se produjo la indiferencia de las autoridades o, mas bien, el resultado buscado: silenciar las voces que aun están al aire.
y el resto de las radios, canales de televisión aire y cable, medios escritos -con honrosas excepciones- tendrían que haber realizado una campaña para evitar que un medio desaparezca. 
pero además, quién padece la agonía?
Los trabajadores. 140 trabajadores y trabajadoras con una historia en ese medio de comunicación.
Los que elegimos Radio del Plata y que compartimos con los trabajadores de la emisora la indignación, la angustia, la bronca, la tristeza.
Porque el efecto radio es así: son voces llaman a tu puerta. Las escuchás. Depende de aquello que digan serán invitadas a pasar y a quedarse como parte de la familia. Todos los días nos encontramos, interactuamos. Nos hablan, nos informan. Recibimos, pensamos, les contestamos. Son uno más a la mesa cuando la familia se reúne.
Nos amputan una radio pero, será que “nadie hace nada” o que, por el contrario, algunos están haciendo mucho para acallarla? 
La radio son sus trabajadores, independientemente de quien posea la propiedad de los medios de producción, la radio la HACEN sus trabajadores. Le dan carácter, personalidad, vida.
Mónica Oporto


sábado, 25 de marzo de 2017

el plan económico

Usbek, en esta fecha recordar la carta de un periodista y escritor como Rodolfo Walsh para recordar la situación hace 41 años atrás, es necesario como forma de repasar la historia reciente. Pero Usbek... llegando a la denuncia de la situación económica planificada y puesta en marcha por la dictadura, impresiona por la similitud con el plan económico actual, pues ambos responden a la misma política neoliberal.
La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese “ser nacional” que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
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Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional.
El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio. Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras. La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos.
El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el “submarino”, el soplete de las actualizaciones contemporáneas. Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerrilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

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La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de “cuenta-cadáveres” que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 o 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento. Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.
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Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, “con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles” según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron. Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti.
Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre “violencias de distintos signos” ni el árbitro justo entre “dos terrorismos”, sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.
La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y Uruguay.
La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de “Prensa Libre” Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.
A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: “La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal”.

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Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40 %, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30 %, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9 % prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificado de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40 %, el de ropa más del 50 %, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30 %, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan.
Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la “racionalización”. Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes.
Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar “el país”, han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3 %, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400 %, un aumento del circulante que en sólo una semana de diciembre llegó al 9 %, una baja del 13 % en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120 %, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
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Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o a Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Un aumento del 722 % en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: “Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos”.
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el “festín de los corruptos”.
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina.
Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional.
Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán dcsaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.
Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977

jueves, 2 de marzo de 2017

LIBRO CENSURADO O CAMPAÑA PUBLICITARIA?

Caluroso día, Usbek.
Mientras que el ventilador es insuficiente para calmar este fuego desatado por la temperatura del verano, recordaba aquello de "Si a principios del siglo XIX la demanda creaba la oferta en el seno de un sistema de prdoucción dominado por la aresanía o la producción a pequeña escala, hoy en día la oferta no puede quedarse se brazos cruzados y debe intentar crear la demanda" dijo Edward Benays en su libro: Propaganda, Cómo Manipular la Opinión en Democracia.
Porque se formó en estos últimos días, toda una situación en torno al libro referido al presidente de la Corte suprema. La autora denunció que el libro fue retirado de librerías por un tema de la editorial (algún defecto en la solapa).
Sin salir a hacer defensa del personaje motivo del libro, da qué pensar que no sea esta una forma de posicionar el tema en la opinión pública y, obviamente, cuando el libro aparece en librerías se esperaría un tumulto pidiendo el libro... se habría creado la demanda.
Hoy hubo llamados a RADIO DEL PLATA donde oyentes de la radio, libreros,  informaron que el libro sigue expuesto y que JAMÁS lo retiraron.




Quién es la autora?
vemos que la autora del libro es también, la autora de una nota que está en consonancia con el tema de su libro. La nota fue publicada en el diario La Nación (ACÁ)  y dice que:
La diputada nacional por Cambiemos, Elisa Carrió, denunció esta mañana ante la Justicia federal al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, por supuesto enriquecimiento ilícito radicada en el juzgado federal 2, a cargo del juez Sebastián Ramos y el fiscal a cargo será Gerardo Pollicita. Hasta el 31 de enero Ramos fue subrogado por Norberto Oyarbide. Los presuntos delitos habrían sido cometidos por Ricardo Lorenzetti y el Secretario General de Administración del Máximo Tribunal, Héctor Daniel Marchi, aunque también señala a otros "funcionarios que pudieron tener participación en los hechos".
Carrió resaltó un "sospechoso ocultamiento de activos financieros en el exterior del país por parte del presidente de la Corte Suprema". Pensamos en los funcionarios de esste gobierno que también tienen activos offshore y que no fueron denunciados por la diputada.
Allegados al presidente de la Corte advirtieron que esta denuncia se trataría de una maniobra "política" que no debería impulsarse ante la sensible situación que enfrenta el Máximo Tribunal, con sólo tres ministros.
La figura de Lorenzetti en la Corte es garantía de "independencia judicial", explicaron jueces cercanos al ministro que "deberá enfrentar un cambio rotundo en su jurisdicción una vez que se postulen nuevos candidatos o el senado avale a los indicados por el presidente Mauricio Macri : Horacio Rosatti y Carlos Rosenkranz", replicaron los consultados.Aguiar con Mariana Zuvic.
Zuvic con Elisa Carrió.
nota de color: la fiesta de cumpleaños a la que asistió Carrió y a la que se alude en la noticia de la imagen,  se realizó en las instalaciones de la Sociedad Rural de Río Gallegos, institución que tuvo participación en los sangrientos hechos de represión de las huelgas de la Patagonia. Llama la atención la elección del lugar. No habría otro para la capacidad requerida de 220 invitados.
en fin,
recapitulando.
La autora saca una nota en el diario La Nación donde expone los planteos de Elisa Carrió contra Lorenzetti, al comienzo de las denuncias de Carrió contra el supremo.
Carrió amenazó en varias oportunidades con seguir adelante acciones contra Lorenzetti.
La autora se fotografía con la co-investigadora -junto a Carrió- sobre el tema Lorenzetti, mostrando el libro. 
Sale el libro a la venta. 
La autora denuncia censura y señala a Lorenzetti. 
Cuando la autora del libro denunció por medios y redes sociales que el libro había sufrido censura, recibió solidaridad variada, y especialmente Coalición Cívica, Elisa Carrió, Mariana Zuvic.
Carrió incluso le dedica un tuit. 

Da para pensar.
Oyentes de Radio del Plata que escucharon hace unos días la entrevista que Néstor Espósito le realizó a la autora del libro. Algunos de ellos, que trabajan en librerías, hoy llamaron para expresar que el libro nunca fue retirado de la venta, tal como se denunció. Vuelvo a pensar las palabras de Edward Bernays  y me pregunto ¿qué alcances se esperan de esta situación: acrecentar la venta del libro o posicionar un tema para darle tratamiento político?