viernes, 13 de octubre de 2017

Ya no alcanza con escenarios, hay que reforzar con relato

Usbek!
Hace tanto tiempo que no nos comunicamos...

Hoy quisiera volver unos meses atrás, cuando te hable de los escenarios que arma este gobierno. Vienen a ser la versión material para ubicar sus relatos.
En el principio fueron los escenarios. Macri y ministros, macri y gobernadores, de fondo cielos azules y plantas, verde (como los brotes que fueron parte del discurso posteriores), aire libre. Om buena onda paz y amor. Y discursos cargados de sarasa. Después, y continuando esta línea, vendrían los refuerzos discursivos.
Al "sí, se puede" se sumaron
pobreza cero
vamos Argentina (repetido muchas veces en los discursos del presi)
Los brotes verdes
Dialogo
Consenso
y otras frases y/o palabras alusivas a un futuro promisorio, positivo, celeste como los cielos de los primeros escenarios que, de a poco, fueron trocando a
1) lugares cerrados con control estricto de las personas participantes
2) lugares al aire libre con varios vallados que ubicaban a los (pocos) concurrentes a muchos metros del escenario
Y mas discursos con promesas (a dos años casi de gobierno se sigue con promesas como en campaña 2015) de lo que vendrá, del futuro promisorio, de la lluvia de inversiones para trabajo de calidad (aunque las inversiones se haya desviado a la bicicleta financiera y el trabajo sea mas que escaso).
En una etapa más caliente -en campaña y a diez días de las elecciones- el escenario se puebla de palabras terribles: mafias, narcos. La gobernadora de la provincia de Buenos Aires que no es candidata aunque pareciera que sí, sale a ocupar el papel que en 2015 cumplió Elisa Carrió.
Si bien dicen que en las encuestas ganaría el candidato (reitero que la gobernadora no es candidata a nada, aunque cumple ese papel) en los hechos la virulencia con que se comporta pareciera demostrar la tremenda inseguridad y el temor ante algunos candidatos y candidatas a los que apunta y dispara con la remanida acusación de narcotráfico.
Hay dos niveles de discurso, uno casi religioso y de autoayuda. Otro para atacar.
Y hay un mensaje que no está en el discurso oficialista en el cual ninguno de los candidatos hace mención a Santiago Maldonado.


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